sábado, abril 17, 2010

Hoy, Corazón y Razón

Hace ya una semana que los cielos están grises y los caminos tienen espejos de agua, el pronóstico del tiempo acertó que estos días serían un recordatorio que a veces llueve sobre mojado. La ciudad se limpia y no; los automóviles cruzan a corta velocidad las pequeñas arterias de la metrópoli y otros más chocan con el paisano, con el contrario, como la gota lo hace en el parabrisas.

Las tardes grises son frescas pero las ideas son de antaño "el poder corrompe" "así es aquí" "esto es cultural". Frases que salen de aulas nuevas, con alumnos seminuevos pero con ideas del siglo pasado. Nada cambia o pocos permiten que el cambio sucede en sus interiores.
Evito a toda velocidad caer en los baches de pensamiento basura de mis compañeros en el trabajo, en la academia... tal vez los míos no son mejores pero si quiero algo diferente para mí, para el amor de mi vida y nuestros hijos nonatos. Quisiera estar en otro lugar y piso el acelerador para conseguirlo.
Siguiente parada, estoy en la zona de confort y no me doy cuenta a tiempo. Pienso que mi padre logró mucho más a esta misma edad, no me comparo... ejemplifico. Su Imperio personal y profesional empezó en un humilde pesebre y algún día terminara en las costas y entre las olas que alabara Agustín Lara en sus canciones; mi querido viejo es lo máximo y no lo presume. Eso extraño de casa, la falsa sensación de seguridad, la red de seguridad que proyecta el seno familiar... pero no, tengo que aceptar que eso no volverá. Sin embargo, agradezco el tiempo concedido. Gracias a la vida.
Dentro del carro, aquella vieja canción en la radio se une a la atmósfera de mis nostalgias... "esa canción le gustaba a Marcos" "la rola cuando era novio de Grace en la prepa" "del disco de Moenia que me compré el fin pasado". Los asientos se ocupan rápidamente de fantasmas de amigos, novia, hermanos y ex-amiga. Carro sardina transitando por Av. Alfonso Reyes.

Finalmente, llegó a la conclusión que esta etapa es una de las mejores y si precisamente hoy llegará a morir, sería una tragedia personal, familiar y una perdida irreparable. Le quedaría a deber tanto a tantos... si yo muriera... quién mandaría el mensaje de felicitación en el cumpleaños de sus amigos, quién organizaría la Final del Torneo de Fútbol Bimbo, con quién iría Grace a la Olimpiadas en 2012.
Hoy, corazón y razón... mañana ya veré...