viernes, marzo 04, 2011

El Dictamen


Comparto con ustedes la editorial del Sr. Juan Malpica Silva que se publicó al comprar el periódico veracruzano El Dictamen, misma qu forma parte de mi investigación "Oferta informativa en el periódico El Dictamen sobre la Elección Presidencial 2006"

Tenemos el gusto de inaugurar nuestras tareas en este periódico cuya propiedad hemos adquirido de las hábiles y honradas manos del compañero Señor Lic. Hinojosa.
No venimos a estas columnas a vivir y medrar a costa del Estado, ni hemos comprado este diario para sostener candidaturas y hacer campañas políticas, como maliciosamente ha dicho algún periódico local. Venimos aquí a ganarnos honradamente nuestra subsistencia y al mismo tiempo, a trabajar, a ser útiles a la sociedad en que vivimos, ya que el hombre no se debe así mismo nada más, sino que se debe también a sus semenjantes.
Nos gusta Veracruz, su movimiento, sus costumbres, su alegría y vivimos muy contentos entre los Veracruzanos. En nuestras tareas y en nuestros jucios, seremos tranquilos, seremos francos y llanos: las cuestiones las trataremos conforme a nuestros conocimientos y criterio; y cuando se trate de problemas especiales, consultaremos la opinión de los profesionales o de los expertos en tales cuestiones, pues no somos enciclopédicos.
Ansiamos el adelanto y el progreso de nuestras amada Patria. En esta época en que el hombre vuela y está a punto de cazar aves en su propio elemento, queremos que nuestro país marche en la vanguardia de los pueblos libes y civilizados.
Cuando tenemos la convicción de que una de las necesidades apremiantes de nuestro pueblo es la justicia, procuraremos en todas formas la moralización de ese ramo, así como el fomento de la Instrucción Pública, tan abandonada en nuestro estado.
La justicia es una deidad santa y sublime que busca al inocente con el afán y encuentra al delincuente con pesar. Y en nuestro estado tiene todas las apariencias de ser una Mesalina.
Cada escuela que se abre es una cárcel que se cierra, ha dicho con toda verdad un pensador, y en nuestro estado no se abren escuelas para que se cierren cárceles.
Así como aplaudiremos las medidas y actos del Gobierno que merezcan aplausos, censuraremos todo aquellos que amerite una reprobación.
 
Si el Gobierno del estado permitiera el juego, verbigracia, seríamos los primeros en atacar tan inmoral disposición.
 
Nuestra pobre Patria -débil esquife- marcha a los tumbos por el agitado mar de las pasiones y atraviesa en estos momentos el temible Cabo de las Tormentas, donde el gigante Adamastor la puede hacer zozobrar; pero nosotros tenemos confianza en sus destinos y esperamos verla arribar a seguro puerto , ¡que vale más castillos en el aire, que calabozos en el aire!.
El yanqui no vendrá a profanar nuestro territorio, pues nación que debe su poder a su comercio, pierde poder cuando pierde su comercio, y el yanquie sabe que expone su propia vida al hollar nuestros derechos. Pero si viene, no debemos medir al enemigo, sino al unisono exclamar como Shakespeare: "Vengan de los tres ángulos de la tierra en armas y los contendremos; nada nos hará cejar, si nos permanecemos fieles a nosotros mismos".
Con el isigne Cautelar, somos partidarios de la revolución sin "r" y siempre hemos condenado las reivindicaciones armadas, porque son peligrosas en pueblos que, como el nuestro, no poseen altas y recomendables virtudes cívicas. Dicho lo cual saludamos con todo respeto y estimación, donde éstos conforman al noble pueblo veracruzano a los lectores y favorecedores de El Dictamen, a la prensa local y a la del país en general, deseando que nuestras labores sean bien recibidas, en gracia de que nos animan dos grandes principios: verdad y honradez, como lo demostraremos.
Juan Malpica Silva